Un plan de pensión es un tipo de plan de ahorro que ayuda a ahorrar dinero para la vida de cada uno, una vez llegue la jubilación u otras situaciones que requieren un «colchón de dinero». Tiene un tratamiento fiscal favorable en comparación con otras formas de ahorro.
¿Qué es un plan de pensión de empleo?
Los planes de pensión de empleo son aquellos cuyo promotor es cualquier entidad, corporación, sociedad o empresa y sus partícipes son los empleados.
Estos planes en particular se nutren de las contribuciones de los promotores y, en su caso, de las aportaciones de los partícipes.
¿Qué tipos de planes de pensión de empleo hay?
Podemos encontrar 3 tipos:
- De aportación definida en los que el objeto definido es la cuantía de las contribuciones de los promotores y, en su caso, las aportaciones de los partícipes al plan. La aportación puede fijarse en términos absolutos o en función de otras magnitudes como salarios, flujos empresariales, cotizaciones a la Seguridad Social u otras variables.
- De prestación definida en los que se define como objeto la cuantía de las prestaciones a percibir por los beneficiarios.
- Mixtos cuyo objeto es, simultánea o separadamente, la cuantía de la prestación y la cuantía de la aportación.
¿Qué tipo de situaciones puede cubrir un plan de pensión de empleo?
- Jubilación: para su determinación se ha de estar a lo previsto en el régimen de SS correspondiente. Puede contemplarse una prestación equivalente si el partícipe no pudiese acceder a la jubilación en su régimen de la SS (p.e. por no tener cubierto el periodo mínimo de cotización).
- Incapacidad Permanente total, absoluta y gran invalidez determinadas conforme al régimen de la Seguridad Social del trabajador.
- Fallecimiento del partícipe y/o del beneficiario, que pueden generar derecho a prestaciones de viudedad, orfandad o a favor de otros herederos o personas designadas.
- Dependencia severa o gran dependencia del partícipe.
¿Cuáles son las aportaciones que se pueden realizar?
Las aportaciones a un plan de pensión de empleo las realiza en todo caso, el promotor en favor de los trabajadores partícipes, que asumen la titularidad sobre las mismas, los propios partícipes, de forma obligatoria o voluntaria.
Las contribuciones empresariales tienen un límite de 8.000€ anuales, mientras que las aportaciones del partícipe tienen un límite de 2.000 euros, es decir, la aportación al plan de pensiones de empleo como máximo puede ser de 10.000€.
¿Qué aspectos fiscales hay que tener en cuenta en los planes de pensiones de empleo?
Como novedad, a partir del 2021 el límite máximo de la deducción de la base imponible pasa a ser de 10.000 €, pero con una diferencia importante:
El máximo de contribución que podemos hacer por nuestra cuenta (al plan de pensiones de manera individual) es de 2.000 €.
Las empresas pueden contribuir al plan de sus trabajadores (plan de pensiones de empleo) hasta 8.000 € al año.
Como hemos dicho anteriormente el límite actual de la aportación por parte de la empresa es de 8.000€ anuales y 2.000€ por el empleado. El empleado sólo se podrá deducir en el IRPF la menor de las cantidades entre 10.000€ o el 30% de la suma de rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente por el partícipe en el ejercicio.
No obstante, el exceso queda pendiente para deducir en los 5 ejercicios siguientes.
Ejemplo:
Laura es una trabajadora por cuenta ajena de 40 años y residente en Canarias, en el 2021 ha aportado 8.000 euros a su plan de pensiones. Sus rentas provienen del trabajo y ascienden a 20.000 euros. ¿Cuánto se podrá deducir?
¿Dónde se declaran los Planes de Pensiones de Empleo?
Los datos de los Planes de Pensiones se declaran en el Modelo 100 de declaración de la renta (IRPF), en el apartado de reducciones de la base imponible.
Hasta el 2020, se incluían en las casillas que van de la 462 a la 476, no obstante, esto cambia cada año, con lo que tendremos que esperar hasta abril para saber cuales son las casillas nuevas en la renta 2021.
Las aportaciones de la empresa se consideran un rendimiento en especie en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas sin ingreso a cuenta.
Las aportaciones a favor de los empleados tienen la consideración de gastos deducibles en el impuesto de sociedades de la empresa (IS).
No hay que tributar por ello, sino que se reduce directamente de la Base Imponible de los rendimientos del empleado.